Jon y Nicolás Uriarte, padre e hijo, se enfrentaron este domingo en el
primer día del torneo olímpico de voleibol: el exmedallista olímpico entrena a
la selección australiana y desde el banquillo vio a su hijo jugar con la
camiseta albiceleste y derrotar a sus muchachos.
Al sonar el silbato que sentenció el fin del partido, los jugadores
salieron en banda a la tribuna norte del Earls Courts de Londres a saludar a
los familiares de los atletas.
Nicolás, de 22 años, se quedó en la cancha para abrazar a su padre luego
que Argentina venciera cómodamente a Australia este domingo en el primer
encuentro del torneo con sets corridos de 25-21, 25-22 y 25-20.
Nico estuvo en el banquillo buena parte del juego -entró jugándose el
21-24 del segundo set- y terminó sin puntos.
"Yo estaba hinchando por él", confesó su padre a periodistas
mientras abraza a su hijo. Jon Uriarte viste el uniforme australiano -verde y
amarillo- y el chico aún anda con el uniforme blanco y celeste.
Desde la tribuna, otra exgloria del voleibol argentino, el también
medallista de bronce en Seúl-1988 Hugo Conte, vio también orgulloso a su hijo
Facundo en la cancha.
Antes del partido, en el vestuario argentino había ansiedad, nervios. El
voleibol albiceleste volvía a unos Juegos Olímpicos después de ocho años de
ausencia.
De pocas palabras, Hugo sólo le dijo a Facundo "disfrútalo",
según contó el propio puntero al terminar el partido. Y al terminar:
"felicitaciones".
Jon tuvo que optar por los mensajes de texto, de vestuario a vestuario,
y en la cancha intercambiaron sonrisas.
Después "estábamos enfocados en nuestro trabajo", indicó el
estratega, tras señalar que "en casa hay una polémica" sobre por cual
equipo hinchar. "Hay dos banderas", dijo Nico rápido para resolver.
La nueva generación del voleibol argentino, que clasifica a unos Juegos
Olímpicos después de ocho años de ausencia, inció este domingo con victoria
sobre Australia el ansiado camino al podio, pero consciente de que los próximos
rivales a vencer -Italia y Polonia- serán muchos más duros.
La medalla "es un sueño y vamos en busca de ese sueño. Depende de
nosotros que lo hagamos, iremos ahora a la Villa (Olímpica) y pensaremos sólo
en Italia. Vamos a pensar el día a día", añadió Facundo, de 22 años, que
espera ganar una presea como su papá.
"En casa la medalla estaba en la oficina. De chiquito me recuerdo
que bajaba y me la ponía. Ahora quiero tener la mía propia", lanzó el
joven atacante que terminó el partido del domingo con 12 puntos.
Hugo Conte, de 49 años, y Jon Uriarte, de 50, forman parte de la popular
'Generación del 82', que alcanzó ese año el tercer puesto en el Campeonato
Mundial realizado en Argentina
Además del bronce en Seúl-1988, ambos ganaron diploma olímpico al salir
sextos en Los Angeles-1984. Conte, que tuvo otro diploma por su cuarto lugar en
Sídney-2000, fue elegido por la Federación Internacional de Voleibol como uno
de los ocho mejores jugadores del siglo XX.
La medalla fue la primera obtenida en un deporte de equipo colectivo,
luego de los oros en polo (1924 y 1936) y fútbol en 1928.
Uriarte condujo por primera la selección australiana entre 2001 y 2004 y
la clasificó por primera a unos Juegos, los de Atenas. Pero en 2005, fue
designado entrenador argentino y planteó un plan estratégico para construir una
nueva generación del voleibol argentino para los siguientes 11 años.
Y sin entrar en detalles, un "bien, bien, bien" bastó para que
Nicolás describiera a su padre como entrenador. Un nuevo abrazo, rueda de
prensa y a la Villa Olímpica, por separado, a pensar en sus próximos rivales.
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